Durante la cuarentena, las restricciones impuestas se traducen en miles de vehículos inmovilizados que con el paso del tiempo pueden ir desgastándose. Por ello, y siempre en la medida de lo posible, se recomienda optar por encender el motor de vez en cuando, y revisar sus partes más vulnerables.

Sin embargo, para garantizar su correcto funcionamiento y poder circular por la vía pública sin riesgo de sufrir ningún percance, conviene prestar especial atención y cuidado a elementos como los neumáticos.

Para ello, es esencial revisar el desgaste de la banda de rodadura del neumático, así como de los tapones de las válvulas del mismo. En este segundo caso, hay que asegurarse de que no falte ninguno, que no presenten suciedad y que no se encuentren resquebrajados o con alguna fisura.

Por otra parte, resulta recomendable asegurar la presión de los neumáticos, y, en este caso excepcional, aumentar unos 15 psi por encima de la presión recomendada por el fabricante. Además, hay que asegurarse de que el neumático no cuenta con pequeñas piedras u otros objetos similares incrustados. En caso de que no sea así, debe procederse a retirar estos elementos.

Otro consejo por parte de los especialistas se refiere al desgaste que pueden sufrir los vehículos, tanto por los cambios de temperaturas, como por la luz solar. Para ello, es aconsejable hacer uso de un garaje. No obstante, si el vehículo debe permanecer aparcado en la calle, pueden emplearse cubiertas para neumáticos que, gracias a su material reflectante, evitarán un desgaste acumulado.

Por último, además de aumentar la presión del aire, se recomienda utilizar calzas para ruedas, de forma que se eleve el propio vehículo hasta que los neumáticos dejen de estar en contacto con el suelo.