Los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) destacan que en 2024 se registraron 1.040 accidentes mortales, con un balance de 1.154 fallecimientos y 4.634 personas heridas graves que requirieron hospitalización, lo que subraya la necesidad de mantener actualizadas las habilidades de conducción. En este sentido, diversas autoescuelas han implementado programas específicos de reciclaje para ayudar a quienes, tras años sin conducir, desean recuperar la confianza y mejorar su desempeño en carretera.

El riesgo de perder práctica tras años sin conducir

La falta de práctica al volante puede acarrear diversas dificultades, desde la inseguridad en la toma de decisiones hasta la dificultad para adaptarse a las nuevas normativas de tráfico o a los avances tecnológicos en los vehículos modernos. La conducción es una actividad que requiere reflejos entrenados, conocimientos actualizados y confianza, elementos que pueden deteriorarse con el tiempo si no se ejercitan regularmente.

Expertos en seguridad vial, alertan de que los conductores que pasan varios años sin manejar un vehículo pueden desarrollar miedo a la conducción, reflejado en reacciones tardías o erróneas en situaciones cotidianas. Esto no solo afecta a personas de mayor edad, sino también a conductores de mediana edad que dejaron de conducir por diversos motivos, como el uso del transporte público, un cambio de residencia o la pérdida de interés en la conducción.

¿En qué consisten los cursos de reciclaje?

Los cursos de reciclaje están diseñados para corregir malos hábitos, recuperar habilidades y proporcionar herramientas para mejorar la seguridad en la carretera. Estas sesiones suelen incluir:

Repaso de normas de circulación: actualización de las últimas modificaciones en la normativa de tráfico, señalización y reglamentación vial.

Prácticas en ciudad y carretera: ejercicios de conducción supervisados para recuperar la destreza en la circulación urbana e interurbana.

Situaciones de riesgo y maniobras complejas: simulación de incorporaciones a autovías, adelantamientos, rotondas y estacionamientos.

Las clases prácticas, realizadas bajo la supervisión de instructores profesionales, permiten detectar y corregir errores de manera progresiva, aumentando la confianza del conductor y minimizando los riesgos en la conducción real.

Un beneficio para toda la sociedad

Los cursos de reciclaje no solo benefician a los conductores que los toman, sino que también contribuyen a una mayor seguridad vial para todos los usuarios de la vía. Un conductor seguro y actualizado es menos propenso a cometer infracciones, a reaccionar de forma inadecuada ante imprevistos o a generar situaciones de riesgo para otros.

Asimismo, estos cursos pueden ser especialmente útiles en el caso de personas mayores que, con el paso del tiempo, han perdido facultades motoras o cognitivas. La formación ayuda a reforzar su seguridad en la conducción y les permite mantener su autonomía sin comprometer la seguridad vial.

En definitiva, actualizar las habilidades de conducción mediante cursos de reciclaje es una inversión en seguridad, tanto para los propios conductores como para el conjunto de la sociedad. En un entorno de movilidad cada vez más dinámico y tecnológicamente avanzado, mantenerse al día es clave para una conducción responsable y segura.