Así lo han planteado los representantes de Confebús en la reunión que han mantenido con el director general de Tráfico, Pere Navarro, según informa la confederación.

En su comunicado, Confebús destaca que Pere Navarro ha mostrado su apoyo a su propuesta de reducir el límite de alcohol en sangre de los conductores profesionales de 0,3 a 0, aunque permitiendo que no haya sanciones si se da una tasa de 0,1 gramos por litro, y también ha estado de acuerdo con la instalación obligatoria de detectores de fatiga y de consumo de alcohol (alcolocks) en los autobuses.

El presidente de Confebús, Rafael Barbadillo, ha destacado que el encuentro ha sido "muy fructífero" y que ambas entidades continuarán colaborando estrechamente para "reducir los accidentes en el transporte en autobús" aunque ha señalado que este tipo de vehículos está implicado en menos del uno por ciento de los siniestros con víctimas y que es hasta veinte veces más seguro que el coche.

La DGT se ha comprometido a estudiar la posibilidad de realizar controles aleatorios de alcohol y drogas a los conductores y se ha mostrado a favor de exigirles un reconocimiento médico anual, según Confebús.

Respecto a la petición de que las empresas conozcan el saldo de puntos de los conductores, la DGT prevé que puedan consultarlos de forma genérica pero no en detalle mediante un mecanismo tipo semáforo, es decir, verde apto y rojo no apto.

Durante el encuentro se informó a Confebús de que con el último cambio de normativa de la Unión Europea se está trabajando para que en un plazo de seis meses se reduzca la edad mínima para ser conductor de autobús de 24 a 18 años bajo ciertas condiciones.

Esta es una petición histórica de Confebús con el objetivo de que más personas puedan optar a esta salida profesional una vez que terminan sus estudios.

Respecto a la velocidad máxima en las carreteras convencionales en el Reglamento General de Circulación el autobús mantendrá la de 90 kilómetros por hora, según se informó en el encuentro a Confebús, que también hizo hincapié en la necesidad de implantar un mayor número de carriles bus-vao en las entradas a las principales ciudades españolas.