El impuesto, con el que se prevé una recaudación de más de 500 millones de euros anuales, sería una alternativa a la "ecotasa", una tasa a los camiones que utilizaban las carreteras libres de peaje y que dejó de funcionar en 2013 por las protestas que provocó, sobre todo en Bretaña.

La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, ha insistido desde el comienzo de su mandato ha defendido que los camiones que viajan por Francia también deben contribuir a la financiación de nuestras infraestructuras.

Para materializar esa voluntad en una ley sobre la movilidad, que debe ser sometida al Parlamento en primavera, el Ejecutivo privilegia la pista del impuesto en lugar del peaje en ciertas vías interurbanas, por ser una solución más simple, según afirma el diario económico.

Por otro lado, Borne ha adelantado a "Les Echos" que en esa ley se incluirá un dispositivo que facilitará la puesta en marcha de peajes urbanos.

En Francia no se ha implantado hasta ahora ningún peaje urbano, como los que existen en ciudades como Londres o Milán, y la mayoría de los responsables locales que se han pronunciado lo han hecho en contra -por considerar que favorece la segregación social-.

En la ciudad de Lille, situada al norte de Francia, se plantea un "peaje inverso" que consistiría en dar incentivos financieros a los conductores que acepten utilizar su vehículo sólo fuera de las horas de mayor tráfico.

Borne también tiene la intención de simplificar los procedimientos para que se reserven carriles, en las entradas a las ciudades, a los que transporten pasajeros.