El objetivo de rebajar el límite de la velocidad en las vías convencionales es que España se homologue con otros países europeos como Francia, que recientemente ha reducido a 80 km/h y se sitúe más en sintonía con Bélgica, Croacia, Grecia, Italia, o Portugal, que tienen un máximo de 90 km/h en este tipo de vías, según ha expresado Navarro en varias ocasiones.
Precisamente, las carreteras convencionales, un carril por sentido, son las que acumulan el 77% de los fallecidos, donde la mitad de los accidentes se produce por una salida de vía y, como norma general, por exceso de velocidad.
La intención de Tráfico es que la reducción de la velocidad sea efectiva en los primeros meses del año, ya que según adelanta el diario El País, la DGT se ha fijado un plazo de 30 días para adaptar todas las señales existentes mediante pegatinas, tal y como ya se hizo cuando se redujo temporalmente la velocidad en autovías y autopistas a 110 en 2011.
Esta reducción en el límite máximo afectará, a partir del 29 de enero, a unos 7.000 kilómetros de carreteras en las que hasta ahora se podía circular como máximo a 100 km/h si tenían un arcén de metro y medio.
Además, los conductores de furgonetas, camiones y autobuses que hasta ahora podían como máximo alcanzar los 90km/h en estas vías tendrán que circular con un límite de 80km/h.