Las personas con más de 65 años registran mayores tasas de mortalidad en los accidentes de tráfico, más que incluso los jóvenes, debido al consumo de fármacos, el deterioro cognitivo asociado a la edad y la presencia generalizada de varias patologías. En 2016, este colectivo representó el 11% de víctimas por accidentes en las carreteras españolas, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).

El envejecimiento de la población en los países desarrollados también afecta a España. A nivel global, los mayores de 65 años representan el 19% de la población y el 14% del censo de conductores.

Existen numerosos factores detrás de estas elevadas cifras, entre ellos, destaca el deterioro cognitivo propio de la edad, la pluripatología (los problemas visuales y auditivos, la diabetes, las cardiopatías...) y el consumo de fármacos, que afectan a la conducción.

Una adecuada elección de los fármacos que utilizan los ancianos, ayudaría a disminuir la tasa de lesiones por accidentes de tráfico.

La Atención Primaria de Salud es la más frecuentada por los mayores de 65 años, muchos de ellos conductores en activo, por este motivo la figura del doctor cobra una especial importancia en el aspecto de la conducción. El médico de familia puede llevar a cabo la valoración de la historia clínica, lo que conlleva la evaluación del consumo de fármacos y enfermedades que puedan afectar a la conducción, así cómo puede dar consejos sobre distracciones, consumo de alcohol y hábitos seguros al volante. Para, finalmente, valorar si existe un riesgo para la seguridad vial.

En definitiva, el papel que puede jugar el médico de familia en la prevención de accidentes de tráfico, puede ser un complemento perfecto a las campañas de concienciación de la DGT, según señalan los expertos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, SEMERGEN.

El 5% de los accidentes en nuestro país están relacionados con los medicamentos y, en la mayoría de los casos, el paciente desconoce el efecto de éste en la capacidad de conducción. Teniendo en cuenta que el 25% de los medicamentos puede alterar la capacidad de los conductores y que cerca del 30% de los conductores está en tratamiento con algún fármaco, existe un riesgo para la seguridad vial importante en los conductores bajo el tratamiento farmacológico.

La primera gran causa de Ponle Freno de este año ha estado dirigida a sensibilizar sobre los efectos de algunos medicamentos en la conducción, bajo el lema 'En la carretera, ningún efecto es secundario'.

La mitad de los españoles no siempre se informa de las recomendaciones de un medicamento sobre su consumo y la conducción. En España, en torno a un 25% de los más de 15.000 medicamentos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y productos sanitarios (AEMPS) llevan el pictograma de conducción, una señal que no prohíbe la conducción, sino que advierte de que es recomendable leer en el prospecto donde están descritos todos los efectos adversos.