El retorno de la jornada laboral para gran parte de los trabajos considerados como no esenciales a partir del lunes 13 de abril ha supuesto la reincorporación de volúmenes algo más elevados al tráfico por carretera. Una situación que parte de las recomendaciones de utilizar vehículos personales para evitar que aumente el riesgo de contagios durante el traslado al puesto de trabajo.
Sin embargo, del mismo modo que crecen los desplazamientos viales, puede aumentar el número de accidentes, o percances de mayor o menos medida, en carretera. Y si bien, los daños más leves, como pinchazos o averías, pueden ser solucionados por los servicios de asistencia en carretera, los talleres permanecerán cerrados a la mayoría de vehículos, a excepción de aquellos destinados a servicios esenciales. Por lo que no se garantizan las reparaciones.
Así, al no considerarse la actividad de la red de talleres como un servicio básico esencial, tan solo asistirían, de forma excepcional y mediante la previa consulta a través de los teléfonos de emergencia, las averías y el mantenimiento de los vehículos correspondientes a cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sanitarios, de transporte y agrícolas.
Por otra parte, la labor de las grúas continúa a disposición de todos los usuarios de las vías, Sin embargo, al no poder contar con el servicio de reparación de los talleres, los vehículos se trasladarían a sus campas, o bien permanecerían en depósito hasta la reapertura de los talleres.