Los agentes intensificarán las inspecciones, comprobarán las autorizaciones y documentos que deben tener los vehículos que transportan escolares para la prestación de este servicio. También verificarán que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo son los que exige la normativa y que el conductor cumple los requisitos, tiempos de conducción y descanso, además de tener el permiso de conducción en vigor.

Las cifras de siniestralidad anuales reflejan que el transporte escolar es seguro, especialmente, si se tiene en cuenta el número de fallecidos por viajero-kilómetro recorrido.

La movilidad segura de los menores es una de las prioridades de la DGT ya que cada día más de medio millón de alumnos utilizan el autobús escolar para acudir al colegio y regresar a casa, según el Observatorio del Transporte de Viajeros por Carreteras, del Ministerio de Fomento.

Además, con este tipo de campañas, la DGT recuerda a los padres el derecho a exigir a los centros educativos o a las asociaciones de padres y madres que los autobuses que se encarguen del transporte escolar cumplan todos los requisitos normativos para realizar este tipo de transporte.

La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos, por lo que se controlará especialmente que se circula a la velocidad permitida y que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción. También se incrementarán los controles de alcohol y otras drogas entre los conductores.

El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo o justo en los instantes inmediatos. En muchos casos se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar o de los padres. Para evitar este tipo de accidente se recomienda a los padres respetar las paradas, ir con tiempo suficiente y no esperar a los niños al otro lado de la calzada.

Se prestará especial atención al uso del cinturón de seguridad en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados. Actualmente más del 60% de este tipo de vehículos ya lo tienen incorporado.

El uso de un sistema de seguridad en autobuses reduciría las lesiones mortales en un 90% en caso de choque frontal o vuelco, ya que correctamente abrochado evita la proyección del pasajero (adulto o niño) y reduce los impactos en el pecho, abdomen y piernas.

Desde octubre de 2007 se deniega la matriculación a cualquier autobús que no lleve instalados estos sistemas de retención.

Como es habitual en este tipo de campañas, también se ha invitado a los municipios a sumarse a la misma, de modo que la vigilancia de este tipo de transporte sea tanto en zona urbana como en interurbana.