Marta murió en un accidente de tráfico en 2016 con 27 años debido al adelantamiento de un coche que chocó frontalmente con su vehículo. El conductor circulaba de noche sin luces a 160 kilómetros por hora en una vía donde la velocidad estaba limitada a 90. Los padres de la víctima consideran que su hija perdió la vida por un asesinato.

Carles Soria, padre de Marta, ha explicado que en el momento del accidente los dos coches con los que se cruzó la joven estaban realizando una carrera ilegal y aseguran que ambos conductores cuentan con numerosos antecedentes por exceso de velocidad. "Este sería un ejemplo claro de violencia vial", ha afirmado Carles Soria.

Stop Accidentes solicita que este tipo de siniestros se incluyan en el código penal. Esta nueva tipificación se refiere a conductas muy graves, donde haya muertes de por medio y el conductor sea reincidente, ya sea por consumo de drogas, excesos e velocidad o conducir sin carné.

Otro posible caso de violencia vial sería la muerte de Emma y Manuel. Tenían 15 y 18 años cuando su moto fue arrollada por un hombre que dio positivo en cocaína aunque, tras la retirada del carné continuó conduciendo. Su pena máxima será de cuatro años de cárcel.

En el caso en el que se consideraran como violencia vial se enfrentarían a una pena de entre 8 y 12 años de prisión y la retirada del carné durante un periodo de 10 a 15 años.