Un estudio sobre los contaminantes atmosféricos, llevado a cabo por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la Universidad de La Laguna (Tenerife) y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-CSIC) de Barcelona, ha detectado, en el entorno del Teide, cuando Canarias está libre del polvo sahariano, que no es de ahí desde donde llega el polvo, sino de EEUU.

Los autores del artículo han demostrado, tras el análisis de una serie de partículas que se detectaron durante cinco años en el observatorio del Teide, que el monóxido de carbono (CO) y el ozono (O3) que generan los incendios forestales y la contaminación urbana de Estados Unidos y Canadá, atraviesan el Atlántico, empujados por los vientos del oeste.

Los vientos que llegan desde Norteamérica son: polvo (2,8 microgramos por m3), el 24 % materia orgánica (1,23 microgramos/m3), el 9 % sulfatos de origen distinto al marino (0,47 microgramos/m3) y el 2 % amonio (0,1 microgramos/m3), además, pero en menor medida, del carbono elemental emitido por los coches o las centrales eléctricas, que queman combustibles fósiles.

Se ha detectado también que, dependiendo de la época del año, el viento trae partículas de un sitio o de otro. En invierno, los vientos del oeste proceden del sureste de EEUU; en primavera, de las regiones centrales del país, y en verano, del este de Canadá.

El futuro de las partículas que emite Norteamérica a la atmósfera “se verá influido no solo por las políticas aplicadas a zonas industriales y urbanas, sino por el uso de los suelos que potencialmente pueden generar polvo, especialmente aquellos destinados a la agricultura y a la ganadería”.