Cada año en Europa se producen 350.000 paradas cardiorrespiratorias o muertes súbitas, de las que menos de un tercio, unas 100.000, reciben maniobras de reanimación cardiopulmonar, y de estas solo llegan al hospital menos de 40.000 pacientes, según ha explicado el cardiólogo del Hpspital Vall d'Hebron Jordi Bañeras, uno de los autores de la investigación.

"Ante estas cifras queríamos averiguar el grado de conocimiento que tiene la población general en nuestro medio sobre la parada cardiorrespiratoria y si saben aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas", ha dicho Bañeras.

El estudio, en el que participaron más de 3.000 personas, consistió en encuestas que se llevaron a cabo de forma simultánea en diferentes centros de atención primaria, farmacias, centros deportivos, escuelas, centros de educación secundaria y universidades de la región Norte de Barcelona. De los encuestados, el 84,2% había oído hablar de la muerte súbita (64,5% en los medios de comunicación), pero sólo el 36,1% identificaría la parada cardiorrespiratoria como "no responde y no respira normalmente".

El 13,8% de los encuestados había presenciado alguna vez una parada cardiorrespiratoria y el 6,7% declaró haber efectuado maniobras de RCP (excluido el personal sanitario). "Este dato del estudio es muy revelador ya que muestra que la muerte súbita es un problema frecuente y si tomásemos medidas y la mayoría de la población supiese hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar, aumentaría el número de personas con buen pronóstico neurológico", ha explicado Bañeras.

El cardiólogo ha explicado que la desfibrilación precoz y las compresiones torácicas de calidad son estrategias que aumentan la supervivencia en caso de una parada cardiorrespiratoria. "Pero las compresiones tienen que estar bien hechas: es necesario que el tórax se comprima al menos 5 centímetros de profundidad y no más de 6 centímetros, deben realizarse a una frecuencia entre 100 y 120 por minuto, y además hay que hacer una buena descompresión.

Esto implica que se tiene que enseñar y recordar de forma totalmente práctica", ha indicado "Pensamos tal y como se ha demostrado en otros países, que las escuelas son el lugar ideal para enseñar estas maniobras", ha añadido Bañeras, que ha reivindicado incluir esta enseñanza en el currículum escolar.

La encuesta también preguntó por los desfibriladores externos automatizados (DEA) y concluyó que un 78,8 % había oído hablar de ellos, y un 4,1 % lo había utilizado (excluido personal sanitario).

El 84,3% pediría ayuda al 112 en caso de ser testigo de una parada cardiorrespiratoria y sólo el 32,7 % había recibido formación en maniobras de reanimación cardiopulmonar, aunque un 97,4% lo consideró importante.

Más de 100.000 personas apoyaron la iniciativa de 'Constantes y Vitales' por la que solicitábamos la instalación de desfibriladores en espacios públicos.