La severidad de quienes sufren la infección del coronavirus establece la magnitud y efectividad de su respuesta inmunitaria. En este sentido, aquellas personas que hayan pasado el virus generan unos anticuerpos que duran más de un año.

Así lo afirma un estudio de IrsiCaixa, con la colaboración del Centro e Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de la Generalitat (IRTA) y el Barcelona Supercomputing Center (BSC).

De este modo, los pacientes hospitalizados con Covid-19 producen un nivel de anticuerpos superior. Sin embargo, su resistencia a las nuevas variantes es menor que la de aquellos que han pasado el virus de manera asintomática o con una sintomatología leve; estos últimos generan menos anticuerpos, pero resultan más protectores.

En este sentido, los pacientes hospitalizados generan anticuerpos protectores a los pocos días de presentar los primeros síntomas. Posteriormente, estos niveles decaen de forma pronunciada hasta estabilizarse, manteniéndose con un nivel elevado a lo largo del tiempo.

Por su parte, la vacunación ha conseguido que todos los individuos aumenten anticuerpos hasta presentar unos niveles similares entre todos ellos. Sin embargo, es necesario continuar estudiando cuánto dura la inmunidad, así como su efectividad frente a nuevas variantes.