En la investigación, los científicos analizaron muestras de tumores de más de 2.500 pacientes con este tipo de cáncer de mama. Éstos tienen diferentes opciones de tratamiento hormonal que bloquean el receptor de estrógeno para detener el crecimiento del tumor, las cuales son efectivas y menos tóxicas que la quimioterapia y la radiación tradicionales.

Sin embargo, algunos tumores desarrollan resistencia a estos tratamientos y mutan en formas que impulsan el crecimiento, independientemente de la presencia de estrógeno. Este tipo de mutaciones son de gran interés para la comunidad científica porque son responsables de la mayoría de las muertes por cáncer de mama.

Este trabajo confirma otro realizado anteriormente que mostraba que las mutaciones relativamente comunes en los genes llamados MAP3K1 y TP53 tenían efectos opuestos sobre la agresividad del tumor. Así, los pacientes con mutaciones MAP3K1 tuvieron éxito, mientras que los de TP53 tuvieron una recaída.

Además, el estudio identificó los genes DDR1, PIK3R1 y NF1, con mutaciones poco comunes, que se asociaron con la recaída y propagación del cáncer.