El documento revela que la ingesta media diaria de bebidas alcohólicas es "moderada" (entre una y cuatro bebidas por día) en los 28 estados de la UE, lo que coloca a estos ciudadanos en un mayor riesgo de cáncer colorrectal y esofágico.

Asimismo, el trabajo desvela que las personas que consumen más de cuatro bebidas alcohólicas al día corren un mayor riesgo de cáncer pancreático, hepático y gástrico. Estos tres cánceres, junto con el cáncer colorrectal y esofágico, son los cinco cánceres digestivos más comunes en todo el mundo. Tanto es así, que causan cerca de tres millones de muertes al año y contribuyen a más de un tercio de las muertes por cáncer en todo el mundo. Sin embargo, no se encontró que ningún país de la UE tuviera un consumo leve de alcohol (menos de una bebida alcohólica por día per cápita).

El consumo de alcohol en toda la región europea es más elevado que en cualquier otra región del mundo, con más de un quinto de la población europea de más de 15 años bebiendo mucho al menos una vez a la semana. Como resultado, el continente sufre la mayor proporción de enfermedades y muertes prematuras directamente relacionadas con el alcohol.

POCA CONSCIENCIA DE LA RELACIÓN ENTRE EL ALCOHOL Y EL CÁNCER

A pesar de los altos niveles de consumo en toda Europa, la investigación muestra que hasta el 90 por ciento de las personas no son conscientes de la relación entre el alcohol y el cáncer. A la luz de estas estadísticas alarmantes, parece prioritario abordar el uso nocivo del alcohol en la próxima presidencia estonia del Consejo de la Unión Europea.

Según los autores de este documento, a los consumidores les llegan mensajes mixtos sobre unidades recomendadas, vasos y volúmenes de alcohol. Por ello, la UEG pide un enfoque paneuropeo para aportar información clara y coherente sobre los riesgos para la salud de beber alcohol con el fin de ayudar a erradicar la confusión sobre los niveles adecuados de consumo.

El aumento de la presión sobre la industria del alcohol para desarrollar un etiquetado claro y responsable, junto con un endurecimiento de las regulaciones sobre la comercialización del alcohol, son otros pasos importantes esbozados en el informe para ayudar a combatir esta crisis.

Francia es un país que lidera el camino en este sentido, donde la comercialización más estricta, junto con las regulaciones sobre beber en el trabajo, han contribuido a una disminución en el consumo de alcohol y la incidencia de cáncer digestivo como resultado.