Por ejemplo, una célula madre en el pecho puede convertirse en una célula luminal, una de las "fábricas de leche" de la mama. Estas células tienen una vida útil limitada. Las células cancerosas se parecen a las células madre, no porque se conviertan en otros tipos de células, sino porque en términos de desarrollo, parecen ir en la dirección opuesta: empiezan a recorrer múltiples capas de señales de parada y barricadas y siguen multiplicándose.

La profesora asistente Camila Dos Santos, del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL, por sus siglas en inglés), en Nueva York, Estados Unidos, estudia las células madre en el seno para saber qué cambios se producen cuando las células mamarias normales se convierten en cancerosos.

En la actualidad, un equipo dirigido por Dos Santos, en colaboración con el profesor Gregory Hannon, de 'Cancer Research UK', 'Cambridge Institute', ambos en Reino Unido, y profesor asistente en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, identifican una proteína que muestra que debe estar presente para que las células madre mamarias realicen sus funciones normales.

Al estudiar cómo las células normales se transforman en células cancerosas, Dos Santos y otros investigadores del cáncer prestan mucha atención a la expresión génica. Cada célula en el pecho, incluyendo las células madre, contiene el genoma humano completo. Una forma de pensar acerca de qué diferencia a una célula mamaria de una célula cardíaca es que cada tipo celular expresa diferentes subconjuntos de genes.

Lo mismo ocurre en cada órgano. En la mama, los conductos diseñados para transportar leche durante y después del embarazo están compuestos por dos tipos de células altamente especializadas y un nicho de células madre que da origen a ambos tipos. Cada uno de estos diferentes tipos de células expresa disstintos grupos de genes en diferentes momentos a lo largo de la vida de un individuo.

El "tubo" hueco que forma el conducto de la leche se construye a partir de las células luminales; está rodeado por una fina capa de células llamadas células mioepiteliales. Los receptores en la superficie de las células mioepiteliales están diseñados para interactuar con una hormona, la oxitocina, liberada durante la lactancia, y esta interacción hace que las células mioepiteliales se contraigan, exprimiendo las células luminales dentro. Esas células lumínicas son las fábricas de leche materna.

BPTF, identificada por Dos Santos y sus colegas como esencial para el mantenimiento de células madre mamarias, es una proteína con una función muy especializada; es lo que los biólogos llaman un factor de remodelación de la cromatina. La cromatina es el envase que permite comprimir seis pies lineales de ADN en cada una de nuestras células dentro del núcleo microscópico.

Con tanto ADN aplastado en un espacio tan pequeño, es lógico pensar que expresar un gen en el "medio" del haz puede requerir aflojar el material de relleno para exponer ese segmento de ADN a la maquinaria que lo copia en una molécula de ARN. Esta copia es el primer paso en el uso del "modelo" del gen para fabricar una proteína necesaria.

La investigación, publicada el pasado jueves, muestra que BPTF es parte de un sistema regulador que abre la cromatina y modifica la expresión génica, específicamente en células madre mamarias.

Esta apertura de la cromatina resulta ser crítica en la capacidad de las células madre de permanecer inmortales para dar lugar a células madre hijas que también ayudarán a mantener un tejido como el pecho y sembrarlo en diferentes momentos de la vida con células especializadas.

Por ejemplo, durante la pubertad, cuando el pecho se desarrolla o durante el embarazo, cuando la mama se prepara para producir leche.