Estos resultados podrían ayudar a responder a la pregunta sobre por qué cada vez más jóvenes desarrollan cáncer colorrectal, en especial aquellos que no tienen factores de riesgo identificables para la enfermedad, como así se presentará en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica 2023.

Debido al mayor uso del cribado de la enfermedad, sobre todo con la colonoscopia que detecta y extirpa pólipos antes de que se vuelvan cancerosos, las tasas de incidencia del cáncer colorrectal llevan varias décadas disminuyendo en las personas mayores de 55 años.

Sin embargo, en comparación con hace una década, se ha duplicado el número de adultos jóvenes menores de 55 años diagnosticados de cáncer colorrectal, con un aumento de la tasa de incidencia que pasa del 1% en 1995 al 20% en 2020.

Los jóvenes con cáncer colorrectal tienen cánceres biológicamente más agresivos y cualquier beneficio de supervivencia que tengan por ser más jóvenes se ve superado por la biología y, del mismo modo, la genética no explica el reciente aumento de la enfermedad de aparición temprana.

El microbioma puede ser un factor importante en el desarrollo de la enfermedad porque intervienen en la interacción entre la genética, el medio ambiente, la dieta y el sistema inmunitario de una persona.

Desde hace tiempo, es sabido por los científicos que ciertos microbios pueden alterar el revestimiento del colon y favorecer la inflamación de los tejidos, lo que puede dar lugar a mutaciones en el ADN de las células del colon y provocar cáncer. Así como saben que un tipo de bacteria llamada Fusobacterium nucleatum(F.nuc), puede favorecer el crecimiento canceroso al suprimir las respuestas inmunitarias en el colón.

Con la intención de comprender mejor el papel del microbioma y cómo varía su influencia en función de la edad de aparición del cáncer colorrectal, los investigadores analizaron el ADN y el microbioma de tumores de 36 pacientes con cáncer colorrectal diagnosticados antes de los 45 años, así como muestras de 27 personas diagnosticadas después de los 65 años.

De este modo, se detectaron 917 especies únicas de bacterias y hongos en los tumores, siendo la F.nuc de las bacterias más comunes, que aparecía por igual en el 30% de los tumores tempranos y tardíos. Sin embargo, se observaron diferencias en Cladosporium sp, que se encontró más comúnmente en la enfermedad de aparición temprana que Pseudomonas luteola, Ralstonia so y Moraxella osloensis que se observaron más en la enfermedad de aparición tardía.

Los datos actuales y los esfuerzos futuros por recoger más muestras prevén ampliar sus investigaciones para seguir explorando la relación y la influencia entre el microbioma y otros factores que contribuyen al cáncer colorrectal. Asimismo, sería interesante ver cómo el microbioma circulante y las bacterias, recogidas en una muestra de sangre, se correlacionan con las bacterias del intestino y del tumor.