Los investigadores sugieren que la exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia asociados a los teléfonos móviles durante el embarazo no perjudica al niño en su futuro desarrollo cognitivo.

Para llegar a esta conclusión, se recopiló información sanitaria de una base de datos sobre 45.389 madres e hijos, que incluía información sobre los hábitos de las madres, así como informes médicos de los niños, cuyo desarrollo neurológico se evaluó a los tres y cinco años.

Durante la investigación se planteó la hipótesis sobre la preocupación por los posibles efectos de esos campos en el feto, pero con los resultados no se apoyó esta opción. El estudio ha establecido que no se producen efectos adversos en las capacidades lingüísticas, de comunicación y motoras a causa del uso del teléfono móvil durante el embarazo, según los investigadores.

El análisis muestra que el uso del móvil durante el embarazo asocia al niño con un menor riesgo de que el menor tenga un desarrollo motor y lingüístico pobre a los tres años de edad, en concreto, el análisis estadístico indica que los hijos de madres que utilizaron el teléfono móvil durante el embarazo afrontan un riesgo un 31% menor de sufrir un retraso lingüístico moderado a esa edad respecto a los hijos de madres que no usaron el móvil.