Ignacio Fornés (Albacete, 1974), más conocido como Nach, se abrió paso en el mundo del rap hace más de veinte años y es uno de los máximos exponentes de este género en España. Regresa a editorial Planeta tres años después de publicar 'Hambriento' para enseñarle al mundo 'Silencios Vivos', un viaje al alma del otro y la de uno mismo, "un libro muy honesto, un cristal transparente" tal y como lo describe el artista, el mismo al que le resulta difícil encontrar más palabras que las que están por descubrir tras las páginas y la tinta de este libro.

En Crea Lectura hemos tenido la oportunidad de hablar con él sobre su visión del mundo, de lo que debe ser escuchado y observado, lo que ha quedado plasmado en 100 poemas introspectivos llenos de belleza, dolor, nostalgia y aceptación. En 'Silencios vivos' hay confesiones de amor, conversaciones consigo mismo y un trabajo con el silencio con ese silencio, lo que describe como el espacio infinito que existe entre el ojo lector y el papel.

Así se sinceraba el autor durante la entrevista: "Si me pongo a escribir quiero llegar al fondo de las cosas que tengo dentro, porque sobre todo escribo para descubrirme a mí mismo, descubrir mis profundidades. No tengo ningún miedo a la hora de compartirlo, porque yo sé que esas otras profundidades están en mucha otra gente y es una sensación muy curiosa poder compartir esas inquietudes, pensamientos, observaciones que muchos hacemos que a veces nos pasan desapercibidas y que yo intento atrapar en este libro. Mi labor es un poco mirar, fijarme y no poner filtros a la hora de escribir lo que me nace".

No me da miedo descubrir mis profundidades, porque sé que son compartidas por mucha gente

Nach, durante la presentación de 'Silencios vivos'
Nach, durante la presentación de 'Silencios vivos' | Planeta

Nach presenta así es mundo silencioso que cada uno tiene dentro, y encuentra en la poesía un camino para expresarse distinto del rap. "Para mí hacer rap es como estar en el bar con los amigos, contándoles mis cosas, con la música de fondo... Requiere una energía determinada dentro de mí, estoy más agitado porque estoy dentro de una instrumental, teniendo que fluir de una determinada manera. Y la poesía es como hablar con el espejo, hablar conmigo mismo. Cuando escribo poesía hay otro tipo de pulsación, una tranquilidad determinada, un tipo de reflexión mucho más calmada. Creo que en ambas no me pongo límites, pero me doy cuenta de que con la poesía llego a lugares donde puedo transmitir cosas que no sabía que podía, y que a lo mejor en los raps tampoco veo que caben".

Con la poesía llego a lugares donde puedo transmitir cosas que no sabía que podía, y que a lo mejor en los raps no caben

'Silencias vivos' es un libro dirigido a todo aquel dispuesto a viajar al interior del alma, de su silencio y su paraíso particular. "Quien se acerque al libro y lo haga abriendo el alma y prestando atención a cada imagen y a cada frase, va a conectar con él". Por eso no es un libro para devorar; es un libro perenne. No es un libro para saciar hambres; de eso trataba su anterior poemario, en el que aprendió a aceptar que la sed no siempre se sacia y a vivir en constantes montañas rusas. "El deseo es lo que nos mueve, lo que nos hace sentir vivos y el deseo por alguien o por algo es lo que nos hace avanzar en la vida. Yo creo que la gente que cae en depresión, la gente que enferma en ese sentido es porque pierde la curiosidad, las ganas de descubrir, de amar, de arriesgar… pierde el motor, el deseo".

La gente enferma porque pierde la curiosidad, las ganas de amar, de arriesgar...

El autor se ha creado una base sólida para poder seguir una larga carrera. Y eso es lo que a día de hoy le permite seguir su camino, seguir explorando con un "SI en mayúsculas" la literatura, seguir escribiendo y seguir viviendo:

Yo sigo hundiendo mi dedo en la tierra,

mirando a los ojos y rascando mi suerte en hojas amarillas,

hablando más con mi espejo que con Alexa,

sin pronunciar nombres de películas americanas,

leyendo libros que aún se pueden oler".