Tras el éxito de sus anteriores novelas Rafael Tarradas Bultó se consagra con El hijo de Reich, como uno de los referentes de la novela histórica de nuestro país. En esta ocasión Bultó nos presenta una historia de amor y amistad, de planes secretos y falsas identidades entre una España plagada de espías y la Argentina como refugio de nazis pasando por la Inglaterra de las casas de campo.

La protagonista Daisy García, una española empleada por una aristócrata inglesa se queda embarazada de un alto mando nazi desde entonces huye del enemigo que quiere arrebatarle a su hijo Pat considerado un príncipe del Reich. Asistimos a la lucha desesperada de una madre por salvar a su hijo de una guerra que los ha convertido en un preciado objetivo nazi. En su huida, Daisy se refugia en la mansión de los Epson donde se ha acogido a un colegio, parece el lugar idóneo para esconder a Pat. En tiempos de guerra el amor y el sacrificio de una madre son las únicas armas contra un destino implacable.

El autor Rafael Tarradas Bultó nos habla de la fascinación que siente por el periodo de la II Guerra Mundial, época en la que está ambientada la novela. "Es un periodo relativamente cercano en el tiempo del que muchas veces creemos que no hemos aprendido lo suficiente [...] es importante recordar lo que supuso y el aprendizaje que supuso". Por otro lado destaca, que le sorprende muchísimo como Inglaterra se quedó totalmente sola como nación ante un poderoso enemigo y le hicieron frente con mucho sacrificio.

Otra de las reflexiones interesantes que señala el autor es que normalmente no pensamos en cómo vivieron las madres aquellos periodos de guerra, en lo duro que tiene que ser enfrentarse a una guerra sola y además con la necesidad de tener que cuidar a los hijos. Por otro lado, el libro también refleja el sacrificio de las madres cuando tienen que mandar a los hijos fuera para poder sobrevivir, aun sabiendo que quizá nunca más volvían a verlos.

En el caso de Madrid, el libro retrata a una ciudad que acaba de salir de la Guerra Civil, y al igual que el resto del país está en ruinas, sin embargo, poco a poco va recuperando el pulso de las fiestas, sobre todo gracias a las clases pudientes. "A todo este contraste se une el nido de espías en el que se convirtió la ciudad" Destacaba Bultó