En una primera fase, el documento de Bruselas propone que en 2030 se haya reducido a la mitad el número de ese tipo de vehículos más contaminantes.

El informe pretende reducir en un 60% las emisiones de CO2 y recortar también la dependencia del petróleo. Si bien, en la actualidad el 73% del consumo de crudo de la UE se debe al transporte.

En la actualidad, tres de cada cuatro traslados en áreas urbanas de la UE se realizan en coche, por lo que queda un camino largo de recorrer.

El ferrocarril, transporte marítimo y los coches eléctricos como sustitutos
Para mantener esa movilidad sin aumentar las emisiones, el informe de la Comisión propone incentivar el ferrocarril para los viajes de media distancia que se realizan en la actualidad a través de carretera.

Bruselas se marca también como objetivo para las próximas cuatro décadas reducir un 40% las emisiones del transporte marítimo y lograr que un 40% del combustible que se utilice en la aviación sea bajo en de dióxido de carbono.

El documento recomienda a  las autoridades municipales que incrementen unos sistemas de transporte más ecológicos, y que extiendan las infraestructuras necesarias para permitir aumentar el uso de los coches eléctricos, como por ejemplo, los puntos de recarga de las baterías.

Para facilitar estos objetivos, Bruselas sugiere que las autoridades "faciliten el uso de vehículos de bajas emisiones para las flotas comerciales", lo que podría conseguirse con subvenciones o con la compra por parte de los gobiernos de camionetas, autocares o taxis para luego venderlos o alquilarlos a las empresas de transporte a precios subvencionados.