Un estudio del Institut de Ciènces del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) ha afirmado que la actividad humana está desencadenando una hipoxia (falta de oxígeno) en la zona de los arrecifes de coral del Caribe.

El estudio, publicado en la revista Ecography, comenzó a analizar la zona en 2017. Por ello, instaló sondas de medición en diferentes puntos y profundidades y descubrió que los niveles de oxígeno del agua en las zonas cercanas al continente eran muy bajos.

Esto se dio especialmente a mayor profundidad, pues el agua está más estancada y se produce la acumulación de aguas residuales y fertilizantes procedentes de las plantaciones próximas. Así, en las zonas más cercanas al océano abierto, se registraron mayores niveles de oxígeno.

Para comprobar si la hipoxia se había dado en el pasado y si procedía de la actividad humana, se extrajeron cuatro cilindros de sedimento en dos arrecifes corales a dos metros de profundidad. Uno de ellos estaba en situación de hipoxia, mientras que el otro, no.

Además, se extrajeron otros dos cilindros adicionales de una parte más profunda del arrecife con hipoxia, donde sus corales están muertos. Con los resultados de los análisis se elaboró una línea temporal que databa los fragmentos de coral hallados en los sedimentos y se clasificó a los gasterópodos en herbívoros, carnívoros o parásitos.

Así, se observó una mayor proporción de herbívoros y una menor proporción de isótopos de carbono a mayor profundidad antes de comenzar a acumularse hace cerca de 1.500 años. Esto sugiere que la hipoxia puede ser la causa del deterioro del coral.

Por otro lado, hallaron evidencias de que la hipoxia se está expandiendo sin precedentes históricos. Así, la detención del crecimiento del arrecife coincide con la expansión de las poblaciones humanas, no con cambios climáticos conocidos.

De este modo, el desbroce del terreno puede haber propiciado un aumento de hipoxia al alimentar la escorrentía de nutrientes en la zona. Es importante reducir la contaminación; de lo contrario, los arrecifes someros y saludables podrían sufrir lo mismo que los arrecifes profundos.