Los efectos del cambio climático se observan y las ciudades y regiones europeas, que son las primeras en sufrir sus consecuencias, padecen de forma creciente fenómenos climáticos extremos como tormentas, inundaciones, olas de calor o sequias.

Por ello, los distintos países europeos han aprobado una serie de recomendaciones dentro de la posible revisión de la estrategia de la adaptación al clima de la Unión Europea (UE) aprobada en 2013 y cuya evaluación se realizará por el Parlamento y el Consejo Europeo durante este año 2017.

Entre estas propuestas está aumentar la colaboración entre los niveles administrativos, un crecimiento de los fondos para instruir a agentes locales sobre los retos y las oportunidades de la adaptación al clima o reducir las trabas administrativas para acceder a dichos fondos.

Los entes locales y regionales también apoyan un trabajo más estrecho con las compañías de seguros para la prevención de riesgos, desarrollar proyecciones climáticas y fomentar iniciativas de divulgación del riesgo climático. 

El impacto económico de este cambio climático, tanto en Europa como en el resto del mundo, es incierto y depende de cada región. Por ejemplo, los impactos más negativos se sitúan en la región mediterránea y en Europa sudoriental debido a la demanda de energía, la productividad agrícola y los efectos sobre la salud, el turismo de verano y los ecosistemas, ha asegurado la Agencia Europea de Medio Ambiente.

"La financiación climática es un aspecto clave que debemos abordar", ha afirmado Sirpa Hertell, concejala del ayuntamiento finlandés de Espoo, que también ha señalado la dificultad de los municipios y regiones para acceder a los Fondos EIE, Horizonte 2020, LIFE, Fondo de Solidaridad de la UE o el Mecanismo de Financiación Natural.

"Hemos de considerar la posibilidad de revisar las condiciones previas para acelerar y facilitar el acceso a los fondos para el clima", ha señalado Hertell.

De la misma forma, el Comité Europeo de las Regiones (CDR) está trabajando para que la Comisión Europea (CE) dé más apoyo a las ciudades y regiones en la proyección climática y la evaluación de riesgos mediante el refuerzo de la investigación. De esta forma, se identificarán los instrumentos adecuados para prevenirlos y se podrán crear unas redes de servicios climáticos en el marco del programa de financiación Horizonte 2020.

La Estrategia de la UE sobre adaptación al cambio climático fue adoptada en 2013 por la CE con tres objetivos: animar a los Estados miembros a adoptar estrategias de adaptación al cambio climático, subsanar las lagunas de conocimientos a través de servicios de información, como la Plataforma Climate-Adapt, y fomentar la adaptación de los principales sectores vulnerables a través de la agricultura, la pesca y la política de cohesión.