El dato de altas temperaturas se incorporó a las estadísticas de fallecidos por riesgos naturales en 2003, año en el que la ola de calor produjo solo en España 60 víctimas por golpes de calor, y la cual también afectó con gran intensidad a toda Europa.

Desde entonces, el fenómeno de las altas temperaturas también ha tenido especial incidencia en 2018, cuando se contabilizaron 42 fallecidos, 2015 con 33 víctimas, 2006 con 23, y 2004 con 25, mientras que en 2019 perdieron la vida por esta causa 21 personas.

Ante estos datos, el Ministerio de Sanidad, junto con la Agencia de Meteorología y Protección Civil y Emergencias, ha activado entre junio y septiembre el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la salud, con el objetivo de reducir drasticamente el impacto que tienes estas elevadas temperaturas sobre la población.

En este Plan se recuerda la importancia de adoptar medias de protección que minimicen la vulnerabilidad ante estos riesgos, y la importancia de mantener una buena hidratación, de limitar las exposiciones al sol en las horas centrales del día y de evitar las actividades que puedan producir un golpe de calor.

El resto de los fallecimientos registrados en la Base de Datos Nacional de Fallecidos por Riesgos Naturales se debieron a inundaciones (209), temporales marítimos (173), incendios forestales (118), vientos fuertes en tierra (110), aludes (50) y rayos (29), entre otros.