Muchos animales, entre ellos las ranas, dependen de fuentes externas para aumentar la temperatura corporal, por ello se exponen a la luz solar, una actividad que le ayuda a eliminar los parásitos que portan o mejorar su sistema inmune.

En el estudio se analizó a un grupo de ranas infectadas con un hongo microscópico que afecta a su piel. De esta manera, descubrieron que esta afección reduce en los batracios la tolerancia al calor hasta en unos 4 grados centígrados.

Además, descubrieron que también otros grupos de animales se volvieron más sensibles al calor cuando se les infectó con parásitos y patógenos, lo que hace previsible que el fenómeno se extienda.

Los científicos temen que el aumento de la sensibilidad al calor debido a las infecciones pueda desalentar las conductas protectoras, dándole ventaja a los parásitos.

El clima será más caluroso y extremo con el cambio climático, lo que hará que se produzcan nuevas enfermedades que afecten en especial a los animales y les lleven a su extinción, según confirman los expertos.