En el norte de Europa se está observando un aumento en la biodiversidad debido a la subida de las temperaturas, pues este factor hace que las especies de fauna y flora tradicionales de sur del continente se desplacen hacia allí al ser remplazadas en el sur por otras nuevas que se adaptan mejor a las condiciones más cálidas.

Esta es una de las conclusiones de un estudio europeo que ha contado con la participación de investigadores del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB) y del Instituto Pirenaico de Ecología, ambos del CSIC.

En trabajo se demuestra que las tendencias en la biodiversidad local de Europa están cambiando rápidamente, y con sustanciales diferencias entre regiones y ecosistemas. Por ejemplo, en las áreas mediterráneas hay un aumento de temperatura, pero no en la pluviometría, un factor que también es importante para la estabilidad de especies y comunidades.

Sin embargo, el Sáhara es una barrera física muy grande entre los países del sur y el Mediterráneo, y puede estar frenando la llegada de especies de lugares donde hace mucho calor.

Para el estudio, en el que participaron 70 investigadores de diferentes centros europeos, se han analizado 161 series temporales de datos de 115 lugares de 21 países de Europa. Estas series se remontan entre 15 y 91 años atrás, aunque la mayoría comienzan desde la década de 1980, cuando ya se había hecho evidente una pérdida significativa de especies.

En ellas, se incluyen datos de ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres, con unas 6.200 especies de nueve regiones biogeográficas, incluyendo plantas, insectos, peces, pájaros, invertebrados de agua dulce y mamíferos.

Además, los investigadores han comprobado que mientras disminuye la diversidad de las algas de los fondos acuáticos, hay una alta tendencia al alza de aves e invertebrados acuáticos, lo que indicaría que las tendencias no siempre son las mismas en especies o ecosistemas enteros.