Los sedimentos podrían ayudar al Delta y evitar por tanto su recesión, pero no llegan debido a que el 95% queda retenido en embalses como el de Riba-Roja y Mequinenza, que forma una 'Y' en su parte baja.
Antes de la construcción de este embalse llegaban 20 millones de toneladas de sedimentos al año al Delta, y ahora apenas llegan 50.000 toneladas, según señala Nuno Caiola, investigador del programa de Aguas Marinas y Continentales del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias.
Por lo que, para el experto, esto es una clara muestra de la necesidad real de implantar soluciones que eviten el retroceso del Delta, como la movilización de al menos 1,2 toneladas anuales de sedimentos del río Ebro.
Impacto ecológico y económico
Roberto González, director de Aguas de SEO/BirdLife, ha recordado que este delta solo se protege a sí mismo y que al no lo hacerlo aguas arriba, con un frente costero más naturalizado hubiese podido defender mejor a los cultivos de los arrozales.
Por parte del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), aseguran que el temporal ha destruido tanto todas las infraestructuras de riesgo, como los drenajes de las fincas más cercanas al mar, que la arena ha invadido las fincas y que habrá que lavar bien los campos con agua dulce del río para minimizar los efectos de la salinización sobre los cultivos.
Ha apuntado que también la borrasca ha tenido terribles consecuencias en los viveros de ostras y mejillones, así como en las poblaciones de nacra, una especie de bivalvo endémica del Mediterráneo en riesgo crítico de extinción y que podría haber quedado muy afectada.
El director, ha recordado también que el ecosistema del Delta del Ebro necesita de descargas fluviales de sedimentos y nutrientes para garantizar la vida en un mar "poco productivo", en el que viven 10.000 pardelas baleares y hasta 25.000 en invierno, donde se reproducen 4.000 parejas de gaviota reidora, y 9.750 parejas de gaviota patiamarilla o el 70% de la población mundial de gaviota Audouin, entre otras.
Una política equivocada
Según el profesor de Geología Marina de la Universidad de Barcelona, José Luis Casamor, el balance entre sedimentación y erosión se ha desequilibrado y ha deteriorado el frente costero. Sin embargo, otro de los problemas viene de que los embalses también han perdido erosión (hasta 100 hectómetros cúbicos al año) por la escasez de sedimentos.
Ante estos daños, Framcesc Vidal, director del Parque Natural, ha explicado que espera que la zona se recupere en unos meses, aunque este episodio muestra la fragilidad de este ecosistema.