El avance de algas microscópicas en la Antártida, propiciando así la vegetación en la superficie helada, continuará en aumento a medida que se elevan las temperaturas. De esta forma, pese a tratarse de un fenómeno que se produce desde hace varias décadas, su avance será aún mayor en los próximos años debido al cambio climático.

Por otra parte, los científicos destacan también que la conservación de este tipo de vegetación se ve influenciada en gran parte por la actividad de aves y mamíferos marinos, en forma de fertilizante a través de sus excrementos. De hecho, esto propicia que el avance de estas ‘algas de la nieve’ se localice principalmente en áreas cercanas a grandes poblaciones de estos animales.

Este tipo de vegetación, que puede aparecer en altitudes más bajas y acumularse en pequeñas islas antárticas, va desplazando de manera paulatina su expansión hacia otros terrenos más elevados, en grandes zonas al norte de la península antártica.

Esto supone que la masa general aumentará de manera significativa, elevando de esa forma la capacidad de capturar y absorber dióxido de carbono atmosférico del continente. Un proceso que en la actualidad, y debido al aumento de las temperaturas del planeta, equivale a un sumidero de carbono de alrededor de 479 toneladas de CO2 por año; una cantidad semejante a la emitida por más de 870.000 viajes en coche.