Unos 4,5 billones de colillas se abandonan cada año en entornos naturales de todo el mundo, y una sola de ellas puede llegar a contaminar hasta diez litros de agua, 50 si se trata de agua dulce. De hecho, según un informe de la ONG Ocean Conservancy, las colillas representan el 13% del total de residuos recogidos durante su campaña mundial.

El Proyecto Libera, impulsado por la ONG conservacionista SEO/BirdLife y Ecoembes, tiene como objetivo de frenar las consecuencias de la basuraleza de los espacios naturales, además de concienciar y movilizar a la ciudadanía a través del conocimiento, la prevención y la participación.

Un cigarrillo tiene 400 sustancias tóxicas, entre las que se encuentran metales pesados, como el cadmio y el arsénico, dos químicos que provocan efectos letales sobre la fauna y flora de los ecosistemas. También contiene acetato de celulosa, un componente derivado del petróleo y que, por tanto, es un material plástico no biodegradable; y nicotina, un elemento que se suele emplear como pesticida.

Por lo que, como consecuencia de la pérdida de los animales que desempeñan funciones importantes para el suelo, como la lombriz, la superficie terrestre donde se arroja la colilla se queda estéril.

Por otro lado, el littering de este residuo puede provocar la intoxicación por cadmio mediante un proceso de bioacumulación en especies marinas que forman parte del menú alimentario del ser humano.

Ante esta situación, la asociación Paisaje Limpio está colaborando con el proyecto Libera para la creación de una aplicación móvil que califique el littering terrestre. De tal modo que, los datos que que los usuarios metan en la app se enviarán al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) para proporcionar a los expertos información sobre las fuentes de origen de los residuos y así impulsar medidas correctivas.