El Día Mundial sin Coche se celebra cada 22 de septiembre desde que la Comisión Europea lo declarase de forma oficial en el año 2000. Se trata de una iniciativa enmarcada dentro de la Semana de la Movilidad que pretende concienciar a las autoridades políticas y la ciudadanía sobre las consecuencias del uso excesivo del coche en la ciudad.

La expansión urbana, el incremento de la motorización y la concentración de los centros laborales y de consumo a las afueras de las ciudades han propiciado un uso excesivo de los coches que genera graves problemas para la salud pública y el medio ambiente.

En este sentido, los coches son los principales responsables del deterioro de la calidad del aire, de manera que cerca de 16.000 personas fallecen al año en España de forma prematura como consecuencia de su mala calidad, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El tráfico también es la principal causa del ruido en la ciudad, donde el 74% de la población española sufre altos niveles de ruido y otro 23% está sometida a niveles que superan los 65 decibelios, según el Observatorio de la Movilidad Metropolitana.

La organización de Ecologistas en Acción afirma que los coches también son responsables del 83% de las emisiones de CO2 de todo el transporte que contribuyen al cambio climático; estas emisiones aumentan significativamente en los núcleos urbanos.

Además de todo ello, el uso excesivo de los vehículos deja a las ciudades sin espacios públicos, ya que la mayor parte de las calles están destinadas al tránsito o al aparcamiento de coches. También aumenta la siniestralidad, donde los niños y las personas mayores constituyen las principales víctimas.

Por todo ello, el Día Mundial sin Coche pretende, además, concienciar sobre los beneficios que conlleva el uso de medios de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta o los desplazamientos a pie. Estos dos últimos, además, mejoran la salud de quienes los practican.

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