Parece que tenemos más que aprender de los elefantes de lo que pensabamos. Estos animales, son sensibles al malestar de los demás y se consuelan y calman entre ellos para aliviar sus sensaciones de estrés o angustia. Lo hacen con contacto físico, con la trompa y también emitiendo sonidos de frecuencias graves.

“Los humanos son únicos de muchas formas, pero no tantas como creíamos”, apuntaba Joshua Plotnik, autor de la investigación que estudió a veintiséis elefantes asiáticos cautivos en un campo para elefantes de 13 hectáreas en el norte de Tailandia, para determinar cuales eran los comportamientos que seguían estos empáticos paquidermos ante situaciones de estrés o angustia. “Durante siglos, la gente ha observado que los elefantes parecen ser animales muy inteligentes y empáticos pero, como científicos, teníamos que probarlo” añadió Plotnik. 

El consuelo no es muy común entre los animales, aunque si existen pruebas de comportamientos de confort, compañía y condolencia entre simios mayores, caninos o ciertos córvidos. Sin embargo el hallazgo de estos comportamientos en los elefantes no parece pillar por sorpresa al profesor de psicología y coautor del estudio Frans de Waal que explica que “con sus fuertes vínculos sociales no es sorprendente que los elefantes muestren preocupación mutua”.

“Este estudio demuestra que los elefantes se estresan cuando ven a otros que sufren estrés y se acercan para calmarlos en un gesto que no es muy diferente del de los chimpancés o los humanos, que abrazan a alguien cuando está angustiado”, añadió el coautor. 

Durante el año que duró la investigación, los científicos registraron las instancias en las cuales un elefante mostró una reacción de estrés y las reacciones de los elefantes cercanos. No siempre se pudo determinar la causa del estrés, aunque algunas veces se indentificaron causas observables como el paso de un perro, de una serpiente, o inluso la presencia de otro elefante hostil.

El estudio encontró que los elefantes cercanos se aproximaban al individuo estresado para un contacto físico directo más frecuente que el registrado durante los períodos de calma. “Cuando un elefante se inquieta, sus orejas se extienden a los lados, la cola se yergue o se curva hacia arriba, y el animal emite un ruido de baja frecuencia, o como una trompeta”, explicó Plotnik.

En un ejemplo típico un elefante se acerca al costado del animal estresado y usa su trompa para tocarle la cara o coloca su trompa en la boca del otro elefante. “Es una posición muy vulnerable porque puede ser mordido”, señaló Plotnik. “Y el mensaje puede ser: ‘Estoy aquí para ayudarte, no para lastimarte’”.

Asimismo los elefantes que respondieron al estrés mostraron una tendencia a las vocalizaciones con diferentes ruidos.