El suelo volcánico de la isla canaria de La Palma tardará más de 20 años en volver a ser fértil, después de que el volcán de la Cumbre Vieja entrase en erupción el pasado domingo. El sector de la agricultura será el más afectado.

Los líquenes serán las primeras especies que se instalarán en el suelo dañado por la erupción. Se trata de pequeños organismos que nacen a partir de la simbiosis entre un hongo y un alga, capaces de vivir bajo cualquier condición climatológica.

Esto se debe a que presentan la capacidad de retener la humedad, de manera que pueden ayudar al resurgir de la vida en las zonas más áridas, donde se incluyen las afectadas por grandes erupciones volcánicas.

Además, pueden producir pequeñas sustancias ácidas que originan cambios en el suelo climático, favoreciendo la implantación de nuevas formas de vida. En este sentido, los líquenes aportarán el sustrato y los nutrientes necesarios al suelo volcánico para que las plantas puedan crecer en la zona de Cumbre Vieja, la parte más árida de toda la isla.

A pesar de que no es posible determinar con exactitud el tiempo necesario para que el suelo afectado por la lava vuelva a ser fértil, las estimaciones se basan en las zonas volcánicas de Hawái o Reunión, donde pasaron entre 10 y 20 años hasta que aparecieron los primeros líquenes.

Además, es normal que las primeras especies de líquenes que nazcan sean muy concretas, de manera que puedan vivir en suelos con unas características químicas muy específicas; lo mismo ocurrirá cuando las plantas comiencen a renacer.

Finalmente, el tipo de lava determinará el nivel de fertilidad que alcanzará el suelo volcánico, ya que no todo el magma presenta las mismas características y no en todos pueden vivir las mismas especies de líquenes ni de plantas.