La marca Vías Verdes integra un ambicioso programa dirigido desde la Fundación de Ferrocarriles Españoles, que ya ha logrado reconvertir para el turismo sostenible y la dinamización del mundo rural 2.000 kilómetros de antiguos trazados de tren.

España se ha impuesto a la veteranía de países como Bélgica o Francia en la entrega de los Premios Europeos de Vías Verdes, donde se ha reconocido a la joven apuesta por la adecuación de infraestructuras ferroviarias abandonadas en España con tres galardones.

La red de Vías Verdes se trata de senderos ecoturísticos cada vez más reconocida, como se constató el pasado día 16 en la localidad belga de Namur, durante la séptima edición de los premios que organiza la Asociación Europea de Vías Verdes con el apoyo del programa COSME de la Unión Europea. Un total de 21 candidaturas de nueve países europeos concurrían a tres galardones en la categoría "Excelencia", tres en la categoría "Iniciativas Ejemplares" y a un único premio especial en la categoría "Vías verdes y producto turístico outdoor".

El jurado otorgó el segundo premio "Excelencia" a la Vía Verde del Plazaola (Navarra) por su trabajo continuo desde 1998 para ampliarla y mejorarla, para promocionarla y para fomentar la asociación público-privada. La adaptación de un tramo de cinco kilómetros para personas con discapacidad, con señales y material diverso, como una guía en braille, le valió a la Vía Verde de Terra Alta (Tarragona) el tercer premio en la categoría de "Iniciativas ejemplares".

Y el premio especial "Vías verdes y producto turístico Outdoor" recayó en la empresa catalana Diversport por su Maratón Vías Verdes, un producto que relaciona el deporte con el disfrute del aire libre y cuyas cifras de participación no han dejado de crecer desde su lanzamiento hace cuatro años.

Su creador, Jordi Casas, este reconocimiento supone "una pequeña recompensa, un impulso para seguir adelante", porque, pese a que algunos países europeos "nos llevan mucha ventaja, España se va abriendo camino en la adecuación de sus vías verdes".

El hecho de tratarse de carreras lineales, no circulares, permite organizar diferentes distancias; "vienen desde chavales de 18 años que se están iniciando en este deporte hasta adultos de más de 60 cansados de las carreras masivas", ha explicado Casas. "Gracias al boom deportivo y a la búsqueda de un turismo más económico y de nuevas experiencias hemos acertado con el producto -ha reconocido- y entre un 10% y un 15% de los participantes vuelven a la vía verde con sus familias".

En 1993, existían en España más de 7.600 kilómetros de líneas que ya no tenían servicio de trenes o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción, un patrimonio de gran valor histórico y cultural, fuente de conocimiento de la biodiversidad y respuesta a la creciente demanda de servicios turísticos alternativos.

Estas vías verdes, junto a las vías pecuarias y a las sendas públicas en desuso integran una red de 8.700 kilómetros de caminos verdes de España, que, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, genera 3.600 empleos directos todo el año y que recibe anualmente a 30 millones de visitantes.