El científico titular del ICOG, José Luis García Aróstegui, ha advertido en un comunicado de que el problema “es de tal calibre” que por mucho que se reduzca la agricultura, “difícilmente” se recuperará el acuífero.

Aróstegui ha explicado que la capa superior de estas aguas subterráneas “está en contacto” con el Mar Menor, por lo que todas aquellas actividades, como la agricultura, que afecten al acuífero tendrán una repercusión.

Para remediarlo, García Aróstegui propone a los agricultores del Campo de Cartagena que empleen el agua y los fertilizantes de forma “más eficiente y sostenible”, además de que acaben con los regadíos ilegales.

El objetivo para recuperar el Mar Menor, según el geólogo, debe pasar por lograr que el flujo de agua que entra y sale de la laguna sea sostenible, “impidiendo que al acuífero le llegue más agua de la que sale” y controlando que los niveles de nutrientes que llegan sean los ideales “que la laguna sea capaz de aceptar”.

Sin embargo, ha lamentado, “ahora mismo” no existe ninguna infraestructura que pueda responder a estas necesidades y reducir esa descarga de aguas subterráneas.

De acuerdo con el experto, este problema se remonta a mediados del siglo XX, cuando la calidad del agua del acuífero se vio reducida por la filtración de agua marina, lo que provocó la proliferación de desalobradoras que degradaron “aún más” el tramo superior del acuífero, al permitir que sus rechazos se infiltraran en él.

Además, el retroceso en el uso de desalobradoras que se ha producido en los últimos años ha permitido que el nivel de agua de este último tramo vuelva a subir “cargado de nitratos”, incrementando la descarga de contaminantes en el Mar Menor, según explica el experto en el comunicado.

García Aróstegui también ha advertido de las consecuencias que podría tener una nueva depresión atmosférica aislada a niveles altos (DANA), que elevaría el caudal contaminado de nitratos de la rambla del Albujón, y le permitiría descargar durante “más tiempo” en el Mar Menor.