Finalmente, el proyecto minero que amenazaba la Gran Barrera de Coral de Australia se ha paralizado. La justicia australiana ha frenado el proyecto minero del grupo indio Adani que según los defensores medioambientales supone una amenaza para este patrimonio de la Humanidad.

Una medida que ha sido aplaudida por los grupos de ecologistas, a pesar de que el grupo indio anunció de inmediato su determinación de seguir adelante con este proyecto que le supone una inversión de 16.500 millones de dólares australianos (11.080 millones de euros).

"Con el consentimiento de las partes, la Corte Federal dejó de lado oficialmente la autorización concedida" por las autoridades al proyecto Carmichael, anunció el Ministerio del Medio Ambiente.

El proyecto, que Australia autorizó en julio de 2014, prevé la explotación de una mina de carbón en el Estado de Queensland, que sería una de mayores del mundo, , la construcción de una linea ferroviaria de 189 km y la extensión de un puerto de carbón en Abbot Point, cerca de la Gran Barrera de Coral. 

La mina debería producir 60 millones de toneladas anuales de carbón térmico. A cambio, el Gobierno australiano había impuesto severas restricciones medioambientales. Asociaciones de defensa medioambiental criticaron esa autorización por considerar que el proyecto iba a generar grandes cantidades de gas de efecto invernadero, por sus consecuencias negativas para especies vulnerables y por "el pobre balance medioambiental" del grupo indio.

También habían estimado que el proyecto tendría consecuencias negativas para la Gran Barrera de Coral por la exportación del carbón desde Abbot Point y habían denunciado su impacto en términos de calentamiento climático.

Según el Ministerio del Medio Ambiente, la Corte Federal paró el proyecto por irregularidades en el proceso de  aprobación por el Gobierno. "Se trata de un problema técnico y administrativo", según el Ministerio, que subraya que la autorización se debe "reconsiderar" pero ello no "requiere revisar toda la tramitación". 

En 2013, la UNESCO expresó su inquietud por las amenazas crecientes que pesaban sobre la Gran Barrera de Coral, el mayor emplazamiento coralino del mundo, de una enorme riqueza marina, declarado en 1981 patrimonio de la Humanidad. 

Australia presentó a finales de marzo pasado un plan de preservación en 35 años que prohíbe de forma total y definitiva todo vertido de residuos de dragado en las cercanías de la Gran Barrera y fija objetivos en materia de calidad del agua y protección de la vida marina.