Esta mañana la céntrica calle de Bravo Murillo de la capital, amanecía pintada. En sus siete carriles, se podía apreciar, dibujos de peatones y medios de transporte público, sobre el asfalto, que simulan que deberían tener preferencia en los grandes núcleos urbanos frente a los coches particulares.  Así, la ciudad sería mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Como se puede apreciar en la imagen, con la pancarta 'Menos coches, menos contaminación', simulan que dos carriles fueran para peatones, otros dos para ciclistas, otros dos para autobuses, y uno para automóviles y motocicletas, que en un futuro no muy lejano deberían ser de motor eléctrico. 

"Este modelo, que podría trasladarse a cualquier ciudad, debería constituir la esencia de las políticas de movilidad y urbanismo de los próximos años: la reducción en el número de automóviles que circulan en nuestras ciudades mediante el rediseño de nuestras calles, y el reparto más equitativo del espacio público entre las personas y los medios de transporte", ha declarado Mariano González, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace.

Greenpeace ha elegido una calle como Bravo Murillo al ser una vía representativa del absoluto dominio del automóvil en las ciudades: de los 28 metros de anchura 19 de los mismos se dedican a la circulación (cinco carriles) y aparcamiento (dos carriles) de automóviles. Es decir casi un 70% del espacio público se encuentra dedicado al uso prioritario del coche: el porcentaje habitual en la mayor parte de las calles de nuestras ciudades.

Con esta ecológica y iniciativa, Greenpeace pretende que estos dibujos puedan hacerse realidad dentro de unos años y que se redestribuya todo el espacio dedicado a los coches para peatones y medios de transporte público.