El grupo, compuesto por Guadalupe Dayré Catzón, bióloga marina; Mauricio Gómez; Regina Rodríguez; y José Bernardino Catzín, ingeniero industrial, han creado la compañía Salgax. Han aprovechado el sargazo que llega a las playas de su estado natal de Yucatán y llevan cuatro años investigando y testando "para crear productos y al mismo tiempo tratar de resolver ecológico para ayudar al planeta", ha explicado Gómez.

Utilizan la biotecnología marina aplicada para crear productos 100% naturales, como el Algamulsh, un protector que retiene la humedad "para no tener que estar regando constantemente" los jardines o cultivos.

Tienen intención de elaborar comida para seres humanos, debido al éxito del alimento para el ganado.

El proyecto ha sido posible gracias a los recursos que ganaron en la edición 2017 del Reto Emprendedor Plataforma Yucatán, ya que convencieron a los jueces de que podrían acabar con parte del problema del sargazo que daña la ecología y el turismo en la Península.

Lo primero que se les ocurrió fue transformar las algas marinas en abonos líquidos y se convirtió en su producto estrella. Más tarde, pusieron el foco en las industrias farmacéutica, cosmética y alimentaria, todo de manera ecoamigable por su bajo impacto en el medioambiente.

Las algas marinas "son parte de un problema grave por su descomposición, pero cuando nosotros la recogemos evitamos la contaminación", ha explicado la bióloga marina.

En cuanto al abono líquido, los clientes han probado su utilidad: los árboles dan muchos frutos, afloran más y todo es totalmente natural.

De los productos alimenticios explican que con las algas crearán harinas. "Pero hay que hacer varios estudios porque el sargazo tiene grandes cantidades de yodo y no es conveniente para el organismo del ser humano", ha reconocido Catzín.

"Ahora estamos trabajando con los abonos y haciendo pruebas para ver qué tan rentable puede ser el plan de productos alimenticios", han indicado los jóvenes.