Los resultados muestran que solo un pequeño número de actores en todo el mundo está aplicando políticas globales para la protección de los bosques tropicales y al ritmo actual no se conseguirá el objetivo de llegar a la deforestación cero. 

La primera clasificación mundial revela que solo una pequeña minoría cuenta con planes para abordar este problema. La deforestación y el cambio en los usos de la tierra son responsables de más del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, socavan la seguridad hídrica regional y amenazan los medios de vida de más de mil millones de personas en todo el mundo.

Basándose en una metodología rigurosa y haciendo uso de más de 40.000 datos procedentes de fuentes públicas y privadas, el Programa Global del Dosel ha identificado, evaluado y clasificado a 250 compañías, con ingresos anuales totales que superan los 4,5 billones de dólares; 150 inversores y prestamistas; 50 países y regiones; y otros 50 actores influyentes en este ámbito. 

En conjunto, estos 500 controlan las complejas cadenas globales de suministro de las "materias primas forestales de riesgo" de importancia clave tales como la soja, el aceite de palma, la carne de vacuno, el cuero, la madera y la pulpa y pasta de papel, que poseen un valor de mercado anual de más de 100.000 millones de dólares y se encuentran en más del 50% de los productos envasados en los supermercados.

Pero solo siete de los incluidos en 'Forest 500' obtuvieron el máximo de puntos: las compañías Groupe Danone (Francia), Kao Corp. (Japón), Nestle S. A. (Suiza), Procter & Gamble (EE. UU.) y Reckitt Benckiser Group (RU), Unilever (RU) y HSBC (RU). En el otro extremo de la escala, 30 compañías, muchas de ellas basadas en Asia y Oriente Medio, y numerosos inversores obtuvieron cero puntos. Los países recibieron diversas puntuaciones; las de los países latinoamericanos de regiones con gran superficie forestal fueron altas y entre los países importadores de materias primas de riesgo forestales los Países Bajos y Alemania ocuparon los primeros puestos.

"Actualmente todos formamos parte de una economía mundial deforestadora. La deforestación se encuentra en nuestro chocolate y nuestra pasta de dientes, nuestra comida para animales y nuestros libros de texto,  nuestros edificios y nuestro mobiliario, nuestras inversiones y nuestras pensiones. Nuestro objetivo con la lista 'Forest 500' es proporcionar información precisa y de aplicación práctica para medir el progreso de la sociedad hacia el logro de la deforestación cero. En conjunto, estos 500 países, compañías e inversores tienen el poder de depurar las cadenas globales de suministro y acabar en la práctica con la deforestación tropical", según palabras de Mario Rautner, el Director del programa 'Factores de deforestación' (Drivers of Deforestation) incluido en el Programa Global del Dosel.

En la Cumbre sobre el Clima de las Naciones Unidas celebrada el año pasado, representantes prominentes de empresas, gobiernos, comunidades indígenas y la sociedad civil firmaron el documento de referencia Declaración de Nueva York sobre los Bosques. En él se formula ambiciosos compromisos para reducir a la mitad la deforestación del medio natural para 2020 y ponerle fin en 2030. Un compromiso similar para alcanzar una deforestación neta cero para 2020 ha sido expresado por el Consumer Goods Forum (CGF) (Foro de bienes de consumo), una asociación mundial de empresas y proveedores de servicios, que incluye a los principales fabricantes y minoristas.

Los puntos más destacados del análisis son los siguientes:
El documento concluye que la deforestación tropical se está abordando en diversa medida por los gobiernos de los países y las regiones tropicales, pero que se necesita un enfoque más integral con el apoyo de los países socios comerciales más importantes.

Los países incluidos en el 'Forest 500' representan casi el 90% de los bosques tropicales del mundo y casi el 90% de la deforestación tropical que se ha producido en la última década. Sin embargo, pocos países han desarrollado hasta el momento objetivos claros de deforestación cero haciéndose eco de los objetivos de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques.

Por otro lado, los países de América Latina, co mo Colombia, Brasil y Perú, están en lo más alto de la clasificación. Países con las puntuaciones menores incluyen Madagascar, en parte debido a su alta pérdida de bosques entre 2000 y 2012, y Nigeria, por sus puntuaciones relativamente bajas en política forestal.

Las políticas forestales más desarrolladas en los países importadores de materias primas, como las de los Países Bajos y Alemania, tienden a ser liderados por productos específicos y la industria, más que iniciados por el Gobierno. Los países importadores cruciales, como China, que se encarga de la importación de más del 22% del valor de todas las mercancías de riesgo forestal, y la India, un importador clave y consumidor de aceite de palma, alcanzaron puntuaciones bajas.

Las industrias de productos para el hogar, cosméticos y de cuidado personal muestran mejorías, mientras que la industria de la alimentación animal va a la zaga de otros sectores. Las empresas con mayores ingresos puntúan significativamente mejor que aquellas con menores ingresos, de forma que cuando las compañías superan unos ingresos anuales de 10.000 millones de dólares, las puntuaciones aumentan bruscamente, con un promedio de casi el doble que las de por debajo de ese umbral.

Las empresas que cotizan en bolsa puntúan más de un 50% más que las empresas privadas y aquellas con otras estructuras de gobierno. La ubicación de la sede de la empresa es un diferenciador clave con las mejores puntuaciones para las compañías con sede en América del Norte, superando ligeramente a las de Europa y América Latina, mientras que las de la región Asia-Pacífico se quedan atrás.

Las empresas en algunos de los países más importantes en cuanto a la importación de productos básicos de riesgo para los bosques, como China e India, están por debajo de la media, con las empresas rusas en la parte inferior de la tabla.

Los inversores van hacia una economía de deforestación cero, pero la mayoría ha desarrollado escasamente políticas de inversión sostenibles. Ninguno de los inversores evaluados tiene un compromiso total con la deforestación cero o la deforestación neta cero para materias primas de riesgo forestal.

De los evaluados, los fondos soberanos y los fondos de cobertura se colocaron muy bajos en la clasificación por sus políticas de inversión sostenible, mientras que los bancos alcanzaron puntuaciones más altas, demostrando que es posible avanzar en la comunidad de inversión y préstamos. Las evaluaciones muestran que los inversores con sede en Europa tienden a tener políticas de inversión sostenible más desarrolladas que los que no tienen su sede en América del Norte y la región Asia-Pacífico.