En este momento, Australia posee algunas de las zonas más contaminantes del mundo, según ha asegurado Fernando Vallades, profesor de investigación del CSIC, quien apunta que muchas regiones cercanas a los focos son similares a Londres durante la era preindustrial, debido a las neblinas que provoca el humo, un efecto que tiene muchas consecuencias nocivas para la salud humana.

Concretamente, las áreas calcinadas del país han emitido unos 349 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera hasta la fecha, cuando las emisiones anuales totales del país en 2018 fueron de 532 millones de toneladas.

Por otro lado, Vallades ha señalado que a pesar de que se debe revisar la cifra actual exacta puesto que las precipitaciones han atenuado un poco la intensidad del fuego, el momento cumbre de la temporada de incendios será a finales de enero y principios de febrero, periodo en el que se va a acumular el calor y las sequías.

El futuro del país también es incierto porque aunque muchas de sus plantas tienen una alta capacidad de semillar, la alta intensidad de los fuegos ha hecho alcanzar temperaturas tan devastadoras y abarcan una extensión tan grande que mil millones de animales han muerto, entre los que se encuentran las especies que polinizan las plantas y transportan las semillas.

Luis Suarez, coordinador de Conservación de WWF en España, ha lamentado esta situación catastrófica y ha explicado que es causa del cambio climático, por las olas de calor excesivamente largas y las grandes sequías, dos factores que generan unas condiciones ambientales muy favorables para la rápida expansión de los fuegos.

Hasta el momento, los incendios han arrasado más de ocho millones de hectáreas, han causado 26 muertes y han calcinado casi 2.000 viviendas en todo el país.