Un total de 33 ejemplares de la población silvestre de lince ibérico fallecieron a lo largo de 2016 en la península ibérica, 25 de ellos en Andalucía, y la primera causa de muerte fue el atropello, con 15 casos.

De esos 15 ejemplares atropellados, 13 lo fueron en territorio andaluz, uno en Castilla-La Mancha y otro en Portugal. Cinco animales perdieron la vida por enfermedad y tres ahogados, uno de ellos en Andalucía y dos en Castilla-La Mancha, comunidad en la que otro lince que fue liberado murió por inadaptación.

Además, otros nueve linces murieron por causas desconocidas, según explica el estudio del programa Life Iberlince. En Andalucía, de las trece muertes por atropello registradas en 2016, cinco fueron en Doñana y ocho en Sierra Morena, tres en la zona de Andújar-Cardeña (Jaén), dos en Guadalmellato (Córdoba) y Guarrizas (Jaén).

Junto a estas muertes, en Andalucía se contabilizaron tres más por enfermedad en la zonas de Sierra Morena y una por ahogamiento en Doñana; así como ocho por causas que no han podido ser precisadas.

Desde el año 2002, han perdido la vida en territorio andaluz 212 ejemplares de lince ibérico, y fue en el año 2014, con 33 muertes, cuando se cuantificó un mayor número de casos mortales.

De los 212 linces muertos, 95 lo han sido por atropello, 25 por enfermedad, 25 por furtivismo, dos por ahogamiento, diez por pelea y 55 por causas desconocidas.