El acoso de los canes a especies no consideradas cinegéticas, incluso en época de cría y nidificación, la relación entre la transmisión de enfermedades hacia otros animales o las personas, y la violencia provocada por los propios lances, que en no pocas ocasiones se convierten en peleas consentidas por los propios cazadores, han motivado una iniciativa ciudadana cada vez más numerosa “ante estas prácticas crueles”.

Caza con perros

La Asociación Animalista Libera y la Fundación Franz Weber han apelado al respaldo social para que la Xunta de Galicia adopte, de una vez por todas, un veto al uso de perros, al entender que existe un argumentario suficiente como para iniciar una prohibición ya implantada en países como Austria, Dinamarca o Luxemburgo, y que busca garantizar un bienestar mínimo en el Medio Natural.

En este sentido, informa un comunicado, la campaña #CazaEsViolencia también pone el foco sobre la autorización de supuestas competiciones deportivas cinegéticas, cuya finalidad es producir el mayor número de muertes de, por ejemplo, zorros, para obtener diferentes recompensas, una actitud que los animalistas han censurado y responsabilizan al ejecutivo autonómico de una auténtica banalización de lo que supone una verdadera actividad deportiva saludable.

Batidas de perros

Los defensores de los animales denuncian que en estos campeonatos pueden participar menores de edad y que el número de perros empleados provoca un desequilibrio a los ecosistemas, además del uso de plomo, “que contamina el medio y llega a resistir a la degradación durante cientos de años, pudiendo ser ingerido por otros animales, como las aves”.