Ni un año como pedía la acusación popular (la protectora de animales El Refugio), ni once meses como reclamaba la dueña del perro). El hombre que fue acusado de matar a patadas a un perro en abril de 2014, ha sido condenado a cumplir ocho meses de prisión por un delito de maltrato animal doméstico.

La pena, impuesta por un delito de maltrato animal doméstico, se sustituye por 240 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad.

En una sentencia contra la que cabe recurso, la juez ha determinado que este hombre deberá pagar a la propietaria del perro 1.500 euros como indemnización por el valor de este animal, más 2.500 euros más por daños morales, además de las costas procesales.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander también le ha impuesto contra este hombre "la inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales durante dos años".

Todo ocurrió cuando Marta, la dueña de Blas, dejó en la acera suelto a Blas mientras entraba a comprar a un supermercado. Cuando salió vió cómo un hombre daba patadas a su perro hasta matarlo. 

El hombre se defendió diciendo que Blas había atacado previamente a su perro, un Shar Pei que en ese momento tenía en brazos una joven a cierta distancia. Testigos del suceso fotografiaron a Blas muerto y su imagen se compartió enseguida por las redes sociales.