La perrera municipal de Madrid ya no acoge más canes. Siete meses después de la entrada en vigor de la ley autonómica que prohibe sacrificar mascotas abandonadas, las jaulas de este centro de protección animal están a rebosar. Por este motivo, es fundamental que aumenten las adopciones.

Hasta 200 perros y 100 gatos desbordan el centro de protección animal del Ayuntamiento de Madrid. El centró está en un 110% de ocupación. Cerca de la mitad de los animales abandonados son de razas potencialmente peligrosas.

Desde que la Comunidad prohibió hace siete meses los sacrificios, las perreras están a rebosar y han aumentado los animales que por cuestiones de raza, de salud o de edad, se quedan para siempre.

Muchos de los que abandonan a sus perros lo hacen porque son de razas potencialmente peligrosas y no saben cómo manejarlos. Precisamente, por eso, es más difícil darlos en adopción.