La organización Oceana ha denunciado que el 99% del plástico que es abandonado en las playas, termina en las aguas más profundas de Europa, sin que aún haya datos de los siglos que tarda en descomponerse dicho material en este entorno, por lo que exige una reducción drástica de su uso.

El informe que ha presentado confirma que la basura que se acumula en las playas o en la superficie supone únicamente el 1% del total del plástico que se vierte a los océanos. Mientras que el 99% restante acaba a cientos de metros de profundidad, poniendo en peligro las zonas de alto valor biológico, como montañas, cañones y escarpes.

Los fondos marinos destacan por su elevada biodiversidad y por ser puntos estratégicos de alimentación y reproducción para especies emblemáticas como los corales, cetáceos y tiburones. Sin embargo, también son un lugar de paso para la basura plástica que, con ayuda de las corrientes, acaba almacenada en las profundidades creando vertederos de grandes dimensiones.

Además, las bajas temperaturas y la falta de luz provoca que la degradación de estos residuos sea más lenta que en aguas superficiales, de manera que los plásticos quedan intactos durante siglos.

Ante estos resultados, Oceana ha elaborado un conjunto de recomendaciones más allá de la Directiva Europea 2019/904, que entrará en vigor en 2021, entre las que aconseja la creación de mapas de las zonas de riesgo para identificar lugares susceptibles a la acumulación de basuras marinas.

Por otro lado, recomienda avanzar en la investigación de protocolos de retirada de plástico para saber cómo se podría hacer sin dañar a las especies más frágiles, e incluir la implantación de un sistema de envases sostenibles para que, en 2025, al menos el 70% de los envases de un solo uso sean reutilizables.