Alrededor de 4,1 millones de pequeños cetáceos, sobre todo delfines, han sido capturados de forma accidental por las redes de enmalle entre los años 1950 y 2018. Esto ha provocado un descenso de sus poblaciones en todos los mares del plante, pero en especial, del 80% en el Océano Índico.

De hecho, los delfines en el Índico suponen en la actualidad solo el 13% de la abundancia registrada en 1980, a pesar de las restricciones impuestas por Naciones Unidas, que prohibían estas redes en 1993.

Además, el estudio destaca que la captura accidental de delfines llegaba a su máximo histórico entre los años 2004 y 2006, con unos 100.000 ejemplares anuales. Una cifra que ha disminuido hasta los 80.000 actuales.

Para los expertos, el principal problema de este tipo de pesca es la longitud de las redes, ya que puede variar entre 100 metros, a más de 30 kilómetros; y de cinco, a más de 20 metros de profundidad.

Ante esta situación, los autores recomiendan establecer un conjunto de medidas, como una mayor vigilancia para garantizar que las redes de enmalle no sobrepasan los 2,5 kilómetros o un control más exhaustivo de la actividad, mediante la combinación de observadores humanos y de soluciones de monitorización electrónica.