La pesca intensiva que se ha llevado a cabo en distintas temporadas en las aguas del Mediterráneo ha llevado a que peligre en gran manera la supervivencia de algunas especies de tiburón y raya. En la actualidad, las zonas más perjudicadas se encuentran en la costa mediterránea de la Península y en las Islas Baleares, debido a la explotación pesquera excesiva del pasado siglo.

Al menos 39 de las 73 especies de peces condrictios a los que pertenecen las rayas y los tiburones mediterráneos se encuentran en peligro crítico de extinción, como destaca la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Sin embargo, y pese al descenso en la población de especies de aguas profundas, el análisis de los datos entre 1994 y 2015 muestran una recuperación de otras especies de condrictios.

Junto a esta estabilización, desde la Universidad de Islas Baleares y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) añaden, incluso, un aumento en el número de ejemplares de distintas especies de rayas y tiburones. Estos positivos resultados solo serían posibles, como adelantan desde estas organizaciones, gracias a la reducción de la pesca de arrastre durante las últimas décadas.

Por otra parte, la capacidad de resiliencia de las propias especies amenazadas ha servido también para que se recuperen sus poblaciones de forma progresiva. No obstante, como destacan los autores de estos análisis, la investigación abarca un periodo de tiempo muy reciente, por lo que las conclusiones del estudio deben situarse en contexto.