La iniciativa de la ONG GREFA cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y se basa en la cría en cautividad, la reintroducción, la recuperación y la vigilancia vía satélite de los nidos de las aves silvestres en peligro.

Para ello, las seis especies objeto del proyecto han sido seleccionadas de una lista de aves amenazadas a nivel estatal o regional.

El buitre negro y el cernícalo primilla son las rapaces de mayor y menor tamaño, respectivamente, incluidas en el proyecto. Para garantizar su supervivencia se han construido nidales, además de haber liberado varias decenas de ejemplares.

Además, este proyecto ha dotado de emisores GPS a medio centenar de aves de las especies en peligro, lo que ha permitido detectar las zonas donde se encuentran más amenazadas. Algo que sucede con el laguilucho cenizo en La Sagra, entre Madrid y Toledo, o con el alimoche común en el noreste de Ourense.