Este documento ha concluido que el cambio climático en los bosques españoles tiene como consecuencia la caída de los árboles, la reducción de su crecimiento y el aumento de su mortalidad.

La directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, ha presentado  uno de los primeros textos especializados tras la Cumbre del Cambio Climático COP21, celebrada en París el pasado diciembre.

Valvanera ha opinado que este encuentro "ha supuesto un cambio en la forma de entender este problema, ya que ahora todas las decisiones políticas de los países firmantes tienen que girar en torno a la mitigación de la economía del carbono y su evolución hacia un sistema sostenible”.

Los directores del informe, Miguel Ángel Zavala y  Asier Herrero, ambos investigadores de la Universidad Castilla-La Mancha, han explicado que algunos tipos de árboles son más vulnerables que otros debido a factores como: la exposición o severidad del cambio climático en su zona, su capacidad de adaptación y la sensibilidad de cada especie.

Al aumentar la aridez de la tierra y afectar de esta manera la conductividad hidráulica, el cambio climático daña los bosques porque limita su capacidad de adaptación.

El cambio climático no está solo, ha asegurado José Manuel Moreno, otro de los investigadores de la Universidad de Castilla- La Mancha, y ha agregado además, que existen otros factores de estrés que provocan la mala salud de los bosques españoles como "el cambio en los usos del suelo y la cobertura terrestre, la deposición de nitrógeno, el ozono troposférico, las variaciones en la radiación difusa y directa, las especies invasoras y exóticas y, finalmente, el aumento del CO2".