Se trata de proyecto europeo contra los efectos del cambio climático que pretende convertir a la capital andaluza en referente europeo y experiencia piloto respecto a la aplicación de medidas contra el calentamiento global.

En el proyecto, cofinanciado por la Unión Europea y con presupuesto total de 9 millones, participan como socios además del Ayuntamiento de Sevilla y Emasesa, la Universidad de Sevilla, la empresa S-Dos y EFEverde de la Agencia EFE.

En el distrito de la Macarena

La actuación, que comenzará a mediados de junio con la reurbanización de la Avenida de la Cruz Roja y se ampliará a otras dos calles adyacentes en el distrito de la Macarena, prevé una ejecución de la obras de al menos un año en un total de 900 metros de superficie.

De hecho, el objetivo a largo plazo es replicar el proyecto LifeWatercool en otras zonas de la ciudad y en otras urbes de UE.

Actuaciones previstas

La peatonalización de vías, la creación de espacios verdes y la instalación de elementos urbanísticos que permitirán el ahorro y reutilización del agua, además de ayudar a moderar la sensación térmica.

Emasesa, que apuesta por crear una “ciudad nueva y más sana”, cambiará por completo el sistema de alcantarillado y distribución del agua en una zona que pasará de 130 a 230 arboles plantados, ha precisado.

Los impulsores del proyecto prevén que cuando esté terminado se reducirá la temperatura en verano en unos 10 grados en la zona de actuación.

La peatonalización de la Avenida de la Cruz Roja pretende devolver los espacios públicos a las personas y crear lugares de esparcimiento y socialización con condiciones propicias de reducción de la temperatura, así como de los gases contaminantes emitidos por los vehículos.

Reducción de la temperatura

El proyecto define tres espacios o estancias, de corta, media y larga duración, en los que se instalarán una serie de prototipos que generan unas condiciones ambientales que favorecen la reducción de temperatura.

En la estancia de larga duración, ubicada en el parque de la calle Montemayor, se establecerán unos dispositivos denominados “árboles de viento”, que generarán también una reducción de temperatura y que se basan en el uso de agua y placas solares, lo que supone “un concepto verde-sostenible”.

Los árboles de viento funcionarán por el agua almacenada en unos aljibes que se construirán en el ámbito de la obra, a partir de los cuales se generará una corriente de aire fresco.

Por su parte, el teniente alcalde del Área de Transición Ecológica del Ayuntamiento de Sevilla, José Luis David, se ha mostrado convencido de que el proyecto marcará el camino futuro del urbanismo en Sevilla y que se desarrollará en otros barrios de la ciudad, una iniciativa – ha dicho- que genera “trabajo verde” y un importante valor social.