"Lobo vivo, lobo protegido" han coreado miles de voces en el centro de Madrid para pedir que se detengan "la constante matanza de lobos" y hacer real la protección de esta especie ibérica y emblemática declarada de interés comunitario por la Unión Europea (UE), puesto que es muy importante para la conservación de la fauna autóctona.

Miles de personas se manifiestan en Madrid para pedir la protección del lobo ibérico

Pero ahora, un grupo de investigadores puede haber encontrado la solución para frenar las matanzas de esta especie: la utilización del burro de raza asnal zamorano-leonés para proteger al ganado del ataque de los lobos, principal causa de la muerte de estos por el hombre.

El estudio, promovido por la Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamoranoleonés (Aszal), ha concluido que la utilización de ejemplares de esta raza frente ataques del lobo ofrece resultados positivos y sin daños y que ayuda a la convivencia entre ganaderos, lobos y burros.

Este sistema de protección de rebaños con burros ya ha sido llevado a cabo en otros países como Canadá, Estados Unidos o Australia y en algunos países europeos y africanos. En España es la primera vez que se promueve esta práctica.

Pero es necesario seguir un protocolo de trabajo y seleccionar a los burros adecuados, que deben tener desarrollada una fobia hacia los cánidos y evitar su uso en explotaciones donde nazcan nuevas crías de ganado para evitar accidentes.

También, se ha demostrado que la utilización de asnos resulta más adecuada con el ganado vacuno en extensivo o para proteger el ganado encerrado en fincas o donde los perros de guarda pueden originar molestias o accidentes; y no tanto en ovino o caprino puesto que pueden poner en riesgo la fuga de los perros mastines que sueles cuidar a estos tipos de ganado.

El proyecto se ha desarrollado a lo largo de dos años por un equipo formado por expertos en la raza, biólogos y veterinarios que han visitado veintidós explotaciones ganaderas ubicadas en quince localidades de la provincia de Zamora. El objetivo es ampliarlo a otras provincias de Castilla y León, primero, y al resto del país, después.

Con este estudio se pretende dar respuesta a los ataques que sufren los ganaderos a la vez que se preserva al lobo como un activo de interés medioambiental, patrimonial, turístico y cinegético.