La tasa de supervivencia de los cachorros de lince ibérico tras los primeros 60 días de vida -una vez superado el periodo agonístico que sufren todas las camadas de esta especie- ha sido del 83 % en la temporada de cría de 2016.

Esta cifra, según el balance de la temporada realizado por el Programa de Conservación Ex Situ, es superior al promedio de supervivencia de los once años que lleva en marcha el programa, que fue del 74%.

Concretamente, esta temporada han salido adelante 48 cachorros en los cinco centros de cría, de las 58 que inicialmente nacieron después de se emparejaran 23 hembras reproductoras y copularan.

Del total de cachorros que han sobrevivido al destete, ocho de ellos han nacido en el centro de cría de El Acebuche, en Doñana; 10 en Silves, Portugal; 19 en La Zarza de Granadilla; nueve en La Olivilla (Jaén) y dos en el Zoo de Jerez (Cádiz).

Hasta el momento son dos los cachorros nacidos en 2016 que han manifestado episodios convulsivos juveniles, ascendiendo a 17 los ejemplares epilépticos detectados en el programa de cría desde que en 2008 se detectaran este tipo de anomalías genéticas en los primeros individuos.

Actualmente este problema es uno de los principales retos de gestión del programa de cría, al ser individuos que, por recomendación del grupo asesor de aspectos genéticos y demográficos, no es recomendable reproducir.